martes, 6 de octubre de 2020

Hermanxs Todxs

Cuidar el mundo que nos rodea y contiene es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un ‘nosotros’ que habita la Casa Común. Frecuentemente las voces que se levantan para la defensa del medio ambiente son acalladas o ridiculizadas, disfrazando de racionalidad lo que son sólo intereses particulares”.

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“La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar (...) La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”.

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"De modo semejante, la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos»".

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“Si todo está conectado, es difícil pensar que este desastre mundial no tenga relación con nuestro modo de enfrentar la realidad, pretendiendo ser señores absolutos de la propia vida y de todo lo que existe. No quiero decir que se trata de una suerte de castigo divino. Tampoco bastaría afirmar que el daño causado a la naturaleza termina cobrándose nuestros atropellos. Es la realidad misma que gime y se rebela”.

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“Los fanatismos que llevan a destruir a otros son protagonizados también por personas religiosas, sin excluir a los cristianos”.

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“Hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente" (...) “Como todos estamos muy concentrados en nuestras propias necesidades, ver a alguien sufriendo nos molesta, nos perturba, porque no queremos perder nuestro tiempo por culpa de los problemas ajenos. Estos son síntomas de una sociedad enferma, porque busca construirse de espaldas al dolor” (...) “Hay dos tipos de personas, las que se hacen cargo del dolor y las que pasan de largo; las que se inclinan reconociendo al caído y las que distraen su mirada y aceleran el paso. Es la hora de la verdad: ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros?” (...) “La paradoja es que a veces, quienes dicen no creer, pueden vivir la voluntad de Dios mejor que los creyentes”. 

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“La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor. Sin embargo, hay creyentes que piensan que su grandeza está en la imposición de sus ideologías al resto, o en la defensa violenta de la verdad, o en grandes demostraciones de fortaleza”.

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“Quienes pretenden pacificar a una sociedad, no deben olvidar que la inequidad y la falta de un desarrollo humano integral no permiten generar paz”.

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“Las distintas religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. El diálogo entre personas de distintas religiones no se hace meramente por diplomacia, amabilidad o tolerancia” (...) “Desde nuestra experiencia de fe y desde la sabiduría que ha ido amasándose a lo largo de los siglos, aprendiendo también de nuestras muchas debilidades y caídas, los creyentes de las distintas religiones sabemos que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades. Buscar a Dios con corazón sincero, siempre que no lo empañemos con nuestros intereses ideológicos o instrumentales, nos ayuda a reconocernos compañeros de camino, verdaderamente hermanos” (...) “No puede admitirse que en el debate público sólo tengan voz los poderosos y los científicos. Debe haber un lugar para la reflexión que procede de un trasfondo religioso que recoge siglos de experiencia y de sabiduría” (...) “Entre las religiones es posible un camino de paz. El punto de partida debe ser la mirada de Dios” (...) “Los creyentes nos vemos desafiados a volver a nuestras fuentes para concentrarnos en lo esencial: la adoración a Dios y el amor al prójimo, de manera que algunos aspectos de nuestras doctrinas, fuera de su contexto, no terminen alimentando formas de desprecio, odio, xenofobia, negación del otro. La verdad es que la violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas fundamentales sino en sus 
deformaciones”.

Papa Francisco, fragmentos de la nueva encíclica "Fratelli Tutti" (sobre «la fraternidad universal y la amistad social») , firmada en Asís el sábado 3 de Octubre de 2020. 
El escrito completo puede descargarse acá: https://bit.ly/3d514hp

lunes, 31 de agosto de 2020

La pandemia como experiencia ecuménica

 "La Pandemia como experiencia ecuménica" es un interpelante escrito del sacerdote Tómas Halík, publicado en el libro "Dios en la Pandemia" (Sal Terrae, 2020). Es una invitación a pensar profundamente estos tiempos extraordinarios que vivimos, nuestros paradigmas ecuménicos, y los compromisos que hoy demanda la posibilidad del diálogo interreligioso, como así también, todo encuentro fructífero con los no creyentes. Reconocer la alteridad de los demás en toda su dimensión y dignidad es hoy una tarea súper necesaria para caminar juntos hacia la Nueva Comunidad Humana. 
El PDF del artículo puede leerse acá: 

sábado, 1 de agosto de 2020

La importancia de una espiritualidad arraigada



Una salida al desencuentro actual entre espiritualidad y religión requiere un diagnóstico preciso de las relaciones entre ambas. La experiencia espiritual forma parte de la vida, de lo que ocurre dentro y fuera del ser humano. No se basta con lo aparente, aspira a la profundidad que le permita transformar en extraordinario cada aspecto de la realidad. La tradición, por su parte, es la sabiduría acumulada a través de los siglos, el seno creativo que refleja los avatares de hombres y mujeres en su exploración de la existencia. La espiritualidad necesita alimentarse de la tradición para no terminar convirtiéndose en un derroche de buenas intenciones. De la misma forma, la tradición sin experiencia espiritual deviene en un fósil cultural, destinado a los libros de Historia. Anclada en el pasado, y sin el fuego animador de la espiritualidad, los preceptos, las doctrinas, los ritos, y las instituciones son como un cuerpo sin corazón, que no puede caminar ni ponerse de pie. En sus mejores momentos, y de la confluencia siempre renovada entre ambas, brota la capacidad de crear conceptos nuevos, imágenes y símbolos que le permiten al ser humano entenderse mejor a sí mismo y al mundo; y por este camino, bajo suelo firme, sondear las periferias del Misterio insondable.

Juan Manuel Otero Barrigón

🎨 Pintura: Diego Oscar Ramos - Arte Visual

martes, 21 de julio de 2020

El árbol de las prácticas contemplativas




“The Center for Contemplative Mind in Society”, una organización sin fines de lucro dedicada al cultivo de la espiritualidad, diseñó esta interesante ilustración (*) sobre las prácticas contemplativas, un esquema heurístico que nos ayuda a ubicar y entender el origen y la relación de diversas disciplinas entre sí. 

Según las propias definiciones de la institución:

<<En el Árbol de las prácticas contemplativas, las raíces simbolizan las dos intenciones que son la base de todas las prácticas contemplativas. Las raíces abarcan y superan las diferencias de las tradiciones religiosas que dieron origen a muchas de las prácticas, y permiten ubicar e incluir nuevas prácticas que se han creado o se están creando en contextos seculares.

Las ramas representan diferentes grupos de prácticas. Por ejemplo, Prácticas de quietud, que se centran en aquietar la mente y el cuerpo con el fin de desarrollar la calma y la concentración. Prácticas generativas que pueden tomar formas diferentes, pero que comparten el objetivo común de generar pensamientos y sentimientos, tales como devoción o compasión. (Hay que tener en cuenta que esta clasificación no es definitiva, y muchas prácticas podrían incluirse en más de una categoría)>>

El tronco del árbol nos indica lo que vamos a lograr desarrollando las distintas disciplinas: 

* Comunicación,  
* Conexión con el Misterio que nos habita y al cual pertenecemos; y,
* Consciencia (así, escrita con una s en el medio).

Las distintas ramas del tronco nos sugieren

Prácticas de quietud: Estar en silencio, Centrarse, Meditar, Acallar la mente.

Prácticas activas: Peregrinajes, Vigilias y Marchas (podríamos aquí poner como ejemplo las procesiones católicas, algunas con cantos, otras en silencio. Caminatas como la anual hacia Luján o la del célebre camino de Santiago de Compostela), Dar Testimonio, Activismo en pos de la Justicia Social, y los Voluntariados. 

Prácticas generativas: Lectio divina, Cultivar la gratitud, Visualizaciones, Meditaciones de compasión y bondad.

Prácticas de movimiento: Artes marciales, qi gong, tai chi chuan, yoga, meditación caminando, Aikido, caminar por laberintos.

Prácticas de rituales: Retiros, Crear un altar o espacio sagrado, Ceremonias y rituales basados en las diversas tradiciones culturales y religiosas.

Prácticas de procesos creativos: Cantar, Hacer música, Pintar, Escribir un Diario, Cultivar el arte contemplativo mediante imágenes emergentes de procesos de imaginación activa.

Prácticas relacionales: Dialogar, Escuchar profundamente, Narrar cuentos y/o mitos clásicos, Conformar círculos (como los de mujeres u hombres).

Muchas de estas prácticas son inherentes al tesoro espiritual de las grandes tradiciones: Cristianismo, Judaísmo, Hinduismo, Islam, Budismo, y Taoísmo, entre otras. Algunas de ellas tienen incluso un componente geográfico y cultural específico, propio de una zona o país determinado. Por ejemplo, hay laberintos católicos como el de la catedral de Chartres, que atrae mucho la atención de curiosos no católicos, y muchas basílicas expresan laberintos y símbolos espirituales profundos. Ciertas expresiones cristianas cultivan el don de lenguas, lo mismo que algunos pueblos originarios, al igual que los círculos carismáticos. Los musulmanes usan un rosario para entonar sus oraciones, de manera similar a los católicos y varias corrientes hindúes.

ABC de las prácticas contemplativas.

En un sentido amplio, las prácticas contemplativas son muy diversas, adoptan distintas formas y se originan en el vasto árbol de tradiciones de todo el mundo.

Son disciplinas orientadas a cultivar la indagación y muy especialmente, la interioridad. A veces se centran en la concentración y la experiencia directa con el objeto simple, a veces lo hacen sobre ideas o procesos complejos. Incorporadas a la vida cotidiana, actúan como recordatorio de la importancia de sintonizar con lo realmente esencial y significativo en nuestras vidas. Pueden ayudarnos a desarrollar la empatía y la comunicación, a mejorar la concentración y la atención, a reducir el estrés y aumentar la creatividad, todo ello fundamentado en una mirada amorosa y compasiva de la vida.

En medio de la actividad frenética y la tendencia a la dispersión y la distracción a la que tantas veces nos arrastra la cotidianeidad, las prácticas contemplativas nos acercan a una actitud práctica, radical y transformadora. El desarrollo de capacidades para la concentración profunda y la calma y la observación de la mente nos ayudan explorar el significado, propósito y los valores que guían nuestro recorrido.

Partiendo de las características de su propia personalidad, algunas personas encuentran que las prácticas físicas activas, como el yoga o tai chi, funcionan mejor para ellos. Otros prefieren alimentarse en las prácticas de quietud y silencio, como la meditación consciente. Algunas personas encuentran que los rituales enraizados en una tradición religiosa o cultural les traen alivio espiritual y les permiten conectar con la dimensión simbólica de la existencia. De la misma manera, algunas de estas prácticas se realizan en soledad mientras que otras se desarrollan en contextos grupales, que favorecen el estímulo a la reflexión y la transformación de los contextos sociales en los que cada uno participa y vive.




(*) Copyright information: “The Tree of Contemplative Practices” by Carrie Bergman. Used with permission due to its inclusion for educational purposes only. Retrieved on 23/2/19 from CMind, the Centre for Contemplative Mind in Society: http:// www.contemplativemind.org/practices/tree

viernes, 17 de julio de 2020

La función religiosa de la Psique

La función religiosa de la Psique es tan fundamental como la necesidad de beber o alimentarse. Ya sea consciente o inconscientemente elegido, la Psique busca y selecciona un principio central y organizador de la vida. En tal sentido, los dioses seculares pueden abarcar desde la comida, el dinero, el sexo, o incluso la ciencia, hasta las deidades mismas ocultas en la adicción; dioses falsos gobiernan tras los telones de los conflictos neuróticos. Desde antaño, las religiones y cosmologías tradicionales procuraron ofrecer puentes hacia marcos mitológicos con significados profundos y bien estructurados.

Darse cuenta, en el contexto de realidades más abarcativas, de lo que en la literatura junguianamente inspirada se denomina "religious impulse" o "religious instinct", tiene el potencial de conectarnos con el misterio y la experiencia numinosa; poder reconocernos como parte de algo mayor. Para C.G.Jung, la pregunta determinante era si una persona estaba relacionada con el infinito: “Parecería que el hombre que busca en vano su existencia y hace de esa búsqueda una filosofía, sólo por medio de la vivencia de la realidad simbólica reencuentra el camino de regreso hacia un mundo en el cual ya no es un extranjero" (*)

Juan Manuel Otero Barrigón

🎨 Pintura: Diego Oscar Ramos - Arte Visual

📚 (*) Fuente de la cita: "Los aspectos psicológicos del arquetipo de la Madre", en "Arquetipos e inconsciente colectivo", Ed. Paidós, Barcelona, 2006, p. 124.

jueves, 16 de julio de 2020


Evangelio según Lucas 24 - Biblia de Jerusalen

13. Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén,

14. y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.

15. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos;

16. pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.

17. El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.

18. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»

19. El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;

20. cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.

21. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.

22. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro,

23. y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía.

24. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron

25. El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!

26. ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?»

27. Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.

28. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.

29. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.

30. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.

31. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.

32. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»

33. Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos,

34. que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!»

35. Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

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