jueves, 6 de abril de 2023

Sobre la imagen del poliedro en el pensamiento del Papa Francisco

  En su intento por describir su proyecto de Iglesia como un espacio inclusivo y diverso, el Papa Francisco propuso la figura del poliedro, que compuesto por muchas partes diferentes, trabajan juntas como una unidad armoniosa. En un poliedro, cada lado y cada ángulo es diferente, pero todos están conectados y forman una figura única.

Para Francisco, la diversidad de los miembros de la "ekklesia" (asamblea, reunión del pueblo), supone asumir la riqueza que tienen diferentes culturas, tradiciones y dones, pero que están llamadas a trabajar juntas para construir el Reino de Dios. También el poliedro significa reconocer que la Iglesia está llamada a ser una comunidad en constante reflexión y crecimiento, que necesita adaptarse a los cambios y desafíos del mundo actual. Frente a la visión estática y cerrada que predomina en algunos de los sectores más conservadores de la institución, la invitación de Francisco es a construir un espacio abierto y dinámico, no exento de tensiones, pero en el que las diferentes voces y perspectivas puedan ser escuchadas y valoradas. En la figura del poliedro, lo esencial circula por el diálogo con las diversas configuraciones sexuales, con las distintas culturas, religiones e Iglesias. Algo muy distinto a la esfera rígida, uniforme y censora de lo diferente.

La realidad misma, dice Francisco, "es poliédrica", lo cual implica que al momento de resolver los problemas hay que tener en cuenta la dimensión social, política, económica, cultural y ecológica de las soluciones que se brindan. Fomentar el diálogo intercultural, interreligioso e intergeneracional viene siendo uno de los pilares del accionar global de este Papa desde el año 2013, a contramano de un mundo que pareciera cada vez más empecinado en levantar muros entre las personas.

Juan Manuel Otero Barrigón